Un nuevo enfoque para la demanda industrial
Hasta ahora, muchos Grandes Usuarios, especialmente amparados bajo las distribuidoras se apoyaron en esquemas que ofrecían estabilidad sin una participación activa en la gestión del suministro. Los nuevos lineamientos modifican este escenario: la continuidad del abastecimiento y la estabilidad del costo dependerán cada vez más de contar con contratos adecuados, mientras que permanecer expuesto al Spot incrementará el riesgo operativo y económico.
En este contexto, la norma distingue dos grandes grupos de demanda. Por un lado, la Demanda Estacionalizada abastecida con Generación Asignada y con garantía de suministro. Por otro, la Demanda Spot, integrada por GUDI, GUMA y GUME, expuesta al Mercado Spot y sin garantía si no cuenta con respaldo contractual. La decisión de contratar deja de ser opcional, pasa a ser un elemento estructural de la gestión energética empresarial.
GUDI: mayor responsabilidad en la toma de decisiones
Los Grandes Usuarios del Distribuidor (GUDI) pasan a ocupar un rol más activo. Pueden mantener el esquema vigente, aunque asumiendo que ya no habrá garantía de abastecimiento pleno ante situaciones de alta demanda. También pueden contratar energía y potencia a través de la distribuidora, que desempeñará un rol de intermediación en el mercado mayorista. Finalmente, cuentan con la posibilidad de ingresar al MEM como agentes participantes y celebrar contratos de forma directa.
Esta flexibilidad se complementa con la opción de regresar al esquema estacionalizado, siempre que el usuario haya permanecido como mínimo un año como agente del MEM. La transición, por lo tanto, puede administrarse según la estrategia de cada industria.
La contratación como eje del nuevo esquema
El Mercado a Término (MAT) adquiere centralidad. Contratar directamente con generadores o comercializadores permite garantizar cobertura física, estabilizar costos y reducir la exposición al precio Spot. En un escenario donde la seguridad de suministro ya no es un atributo automático, el MAT se convierte en la principal herramienta de previsibilidad.
Los contratos de energía (MATE) y de potencia (MATP) se descontarán del Spot, disminuyendo la vulnerabilidad frente a la volatilidad del mercado. Además, como incentivo a la adopción temprana, entre noviembre de 2025 y abril de 2026 la Secretaría habilitó un régimen excepcional: los contratos podrán presentarse todos los meses, hasta 5 días corridos antes del inicio del período contractual, sin tener que esperar los ciclos trimestrales tradicionales.
Esta flexibilidad permite que más Grandes Usuarios puedan avanzar sin demoras, probar el nuevo esquema y capturar de manera inmediata los beneficios en previsibilidad de costos y seguridad de abastecimiento, acelerando su transición hacia un modelo más competitivo.
GUMA, GUME y GUDI: un rol cada vez más activo
Los Grandes Usuarios del MEM, GUMA y GUME, ya operan bajo un esquema de contratación directa con generadores o comercializadores. En cambio, los GUDI todavía se abastecen a través de su distribuidora bajo tarifa regulada, a pesar de consumir volúmenes significativos de energía.
Eso está cambiando. Con la equiparación progresiva de cargos y la asignación de mayores responsabilidades a la demanda, la recomendación regulatoria es clara: permanecer como GUDI será cada vez menos conveniente. Migrar al MEM habilita a elegir proveedor, negociar precios, gestionar riesgos y asegurar potencia firme a medida de la operación.
Incluso, el regulador permite un retorno al régimen estacionalizado luego de un año mínimo en el MEM. Es decir, la transición puede administrarse con bajo riesgo y sin decisiones irreversibles.
Mercado a Término: más alternativas a la contratación
La reapertura del Mercado a Término (MAT) tras años de restricciones impulsa la participación de los grandes consumidores en la expansión de la oferta eléctrica. Ya no se limita a tecnologías renovables: también se habilitan contratos con generación térmica e hidráulica. Esto abre un abanico más amplio de productos comerciales, desde acuerdos baseload hasta esquemas combinados de energía y potencia, o contratos indexados con límites máximos de precio.
A medida que se normalizan los costos y se descentraliza la gestión de combustibles para las usinas térmicas, la competencia en la oferta aumentará y los Grandes Usuarios podrán obtener mejores condiciones de abastecimiento y cobertura.
Potencia como garantía de abastecimiento
Un punto central del nuevo esquema es el rol de la potencia como respaldo del suministro eléctrico. A diferencia de la energía, que mide lo consumido en un período, la potencia representa la capacidad disponible para atender los picos de demanda de cada industria, asegurando que la planta pueda operar sin restricciones en sus momentos de mayor exigencia. Contratar potencia firme reduce riesgos de cortes o limitaciones y se vuelve indispensable en procesos productivos sensibles. Hoy, el costo de la potencia en el MEM es más competitivo que bajo distribuidoras y puede optimizarse mediante acuerdos bilaterales, convirtiéndose en un pilar de seguridad y continuidad operativa.
Gestión de la Demanda: la industria también puede “generar valor”
Otro cambio relevante es la implementación de un programa formal de Gestión de la Demanda, que remunera a los usuarios por reducir consumo de manera programada en momentos críticos del sistema. Esto transforma al consumidor industrial en un actor que no solo consume, sino que también aporta flexibilidad, genera ingresos adicionales y contribuye a la estabilidad del sistema eléctrico.
En industrias con procesos adaptables o equipos de respaldo, la participación en este tipo de esquemas puede significar una reducción efectiva del costo energético total.
La compra de energía ya no es solo un proceso administrativo. Se convierte en una gestión estratégica. Cuando la energía es un insumo clave para la producción, anticiparse y definir una política de contratación sólida puede marcar la diferencia entre sostener costos operativos o quedar rezagado frente al mercado.
¿Qué se espera de las industrias en esta nueva etapa?
El mercado envía una señal contundente: las decisiones que se tomen ahora definirán la competitividad de los próximos años. Quienes avancen hacia una gestión activa del suministro podrán:
- Asegurar estabilidad de costos en un entorno volátil.
- Fortalecer la continuidad productiva con potencia firme.
- Incorporar energía renovable a precios competitivos.
- Obtener ingresos por flexibilidad (Gestión de la Demanda).
- Acompañar eficientemente los planes de expansión industrial.
Por el contrario, quienes permanezcan inmóviles enfrentarán mayor exposición al Spot, costos crecientes y más riesgo operativo, sin herramientas para controlarlo.
En conclusión, el nuevo marco regulatorio impulsa una transición hacia un modelo donde los Grandes Usuarios asumen mayor responsabilidad en la provisión de su energía. El diseño y la gestión de una estrategia de contratación sólida será fundamental para sostener la continuidad productiva y la previsibilidad de costos en los próximos años.
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