Entre enero y octubre de 2025, Brasil importó 982.240 toneladas de GLP, de las cuales 486.400 toneladas provinieron de Argentina. Esto representa el 49,5% del total y un notable incremento de 17,5 puntos porcentuales respecto del año anterior. En el mismo período, el suministro estadounidense cayó a 463.700 toneladas, equivalente al 47,2%.
Este giro marca un cambio en los flujos comerciales de líquidos del gas en la región, y responde a una combinación de factores productivos, logísticos y de demanda que vienen reconfigurando el mapa energético sudamericano.
El motor principal de este salto exportador argentino es Vaca Muerta, cuya producción no solo permite abastecer al mercado interno sino también capturar crecientes oportunidades externas. El gas y el petróleo extraídos en esta cuenca son especialmente ricos en butano, propano, etano y gasolina natural. A medida que la producción hidrocarburífera aumenta, también crece la disponibilidad de líquidos del gas, que pueden separarse, procesarse y monetizarse en mercados regionales.
Dentro de este conjunto, el GLP (una mezcla de butano y propano) se ha convertido en uno de los productos más dinámicos para la exportación. Su valor estratégico radica tanto en su demanda industrial y residencial como en la posibilidad de colocarlo rápidamente en mercados cercanos, como el brasileño.
El segundo pilar de este reposicionamiento argentino es la eficiencia logística y operativa del polo energético de Bahía Blanca, que hoy funciona como el epicentro de exportación de líquidos de Vaca Muerte hacia Brasil.
La proximidad geográfica ofrece una ventaja concreta frente a los cargamentos provenientes del Golfo de México, incluso en un contexto donde los precios estadounidenses fueron más bajos durante 2025:
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El propano de EE.UU. cayó de 487,7 USD/t a 429,1 USD/t.
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El butano/propano combinado bajó de 499,2 USD/t a 442,8 USD/t.
Aun así, Brasil priorizó el producto argentino.
¿Por qué?
Porque la menor distancia reduce de manera significativa los costos de flete, acorta los tiempos de entrega y permite mayor flexibilidad operativa para abastecer a un mercado que necesita seguridad, regularidad y disponibilidad inmediata.
Este diferencial compensó los descuentos del Golfo de México y explica por qué Argentina ganó participación de mercado incluso cuando EE.UU. ofrecía precios nominalmente más competitivos.
Brasil no solo continúa siendo el mayor comprador regional de GLP, sino que está encaminado a aumentar su consumo en los próximos años. Las estimaciones indican que la demanda interna podría crecer entre 5% y 8%, principalmente por el lanzamiento del programa social Gas do Povo, impulsado por el gobierno brasileño. Este plan contempla distribuir cilindros subsidiados de GLP a más de 15 millones de hogares de bajos ingresos, buscando reemplazar el uso de leña o carbón por combustibles modernos y menos contaminantes.
Las grandes distribuidoras brasileñas como, Copa Energia, Ultragaz, Supergasbras y Nacional Gas, ya anticiparon que parte de esa demanda adicional deberá cubrirse con importaciones, y que Argentina aparece como el proveedor más competitivo para abastecer el incremento esperado.
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