En mayo de 2023, el consumo de gas en el Área Metropolitana de Buenos Aires fue de 43,7 millones de m³ diarios, un volumen notablemente similar al de mayo de 2025, que alcanzó los 44,55 millones de m³. Sin embargo, en mayo de 2024, el frío se hizo sentir con una intensidad notable, siendo uno de los más fríos de los últimos años, con temperaturas promedio que apenas alcanzaron los 12,7 °C.
Este descenso térmico llevó a un aumento en el consumo de gas, que escaló a 63,49 millones de m³ diarios, reflejando la dependencia del sector residencial y comercial del gas natural para calefacción. En contraste, mayo de 2025 trajo consigo un respiro, con un promedio de 16,4 °C temperatura similar al de 2023, casi 4 grados más que el año anterior. Esta variación en la temperatura se tradujo en una drástica reducción del consumo, que cayó a 44,55 millones de m³ por día, marcando una disminución del 30% en comparación interanual respecto a mayo de 2024.
Esta diferencia de casi 19 millones de m³/día es notable, ya que es comparable a la capacidad del barco regasificador de GNL en Escobar, que puede manejar hasta 22 millones de m³/día. Además, es similar al récord de importaciones registrado en julio de 2024, que fue de 21,37 millones de m³/día, o a la capacidad casi plena del gasoducto Perito Moreno, que tiene una capacidad de 26 millones de m³/día.
Impacto en el Sistema Gasífero
La disminución en la demanda de gas no solo alivió la presión sobre el sistema gasífero, sino que también permitió una redistribución más eficiente del recurso. Gracias a la menor necesidad de gas para calefacción, se pudo destinar un mayor volumen a sectores críticos la generación eléctrica y el gas a la industria. Además, se redujo la necesidad de importar combustibles alternativos o implementar restricciones en el suministro.
Volatilidad del Consumo
No obstante, es crucial destacar que, a pesar de la notable baja en mayo, junio cerró con un récord de consumo diario, alcanzando un pico de 98,4 millones de m³ el 30 de junio. Este fenómeno resalta la volatilidad inherente al consumo de gas, que puede variar significativamente en función de las condiciones climáticas y otros factores externos. Esta situación subraya la importancia de que las autoridades y los operadores del sistema gasífero estén preparados para adaptarse a estas fluctuaciones, garantizando así un suministro confiable y sostenible.
En conclusión, la comparación entre los consumos de gas de mayo de 2023, 2024 y 2025 no solo ilustra la influencia de las condiciones climáticas en la demanda energética, sino que también pone de manifiesto la necesidad de estrategias flexibles y adaptativas en la gestión de recursos energéticos. La capacidad de anticiparse a estos cambios será clave para asegurar un suministro energético eficiente y estable en el futuro.
La capacidad de anticiparse a estos cambios será clave para asegurar un suministro energético eficiente y estable en el sistema.
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