El pasado 20 de diciembre, el gobierno anunció el inicio del Nuevo Plan Nuclear Argentino y afirmó que “la energía nuclear tendrá su retorno triunfal”. A su lado estaban el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el diplomático argentino Rafael Grossi, y el jefe del Consejo de Asesores del Presidente, Demian Reidel, a su vez físico egresado del Instituto Balseiro, economista con trayectoria en Wall Street y quien encabezará el proyecto.
El anuncio, luego ampliado por una nota del Financial Times y entrevistas concedidas por Reidel, tiene tres ejes principales:
- Se construirá un Reactor Modular Pequeño (SMR, por sus siglas en inglés) en el predio de Atucha con tecnología argentina y financiamiento privado de un inversor de Estados Unidos. La fecha estimada: 2030.
- Se desarrollará la minería de uranio para abastecer y exportar combustible nuclear.
- Si bien no exclusivamente, el proyecto está destinado a proveer energía confiable y limpia a centros de datos de Inteligencia Artificial.
Repasemos punto por punto:
Los SMR son el nicho del sector atómico con mayor atención en los últimos tiempos. Son reactores de baja potencia (300 MW o menos, versus los 745 MW de Atucha II) cuyas ventajas radican en: la eventual capacidad para producirlos en serie, su modularidad (conectar varios para aumentar la potencia) y la posibilidad de ubicarlos en lugares remotos. Actualmente existen muy pocos en funcionamiento: dos en China, uno en Rusia y un prototipo en Japón. Pero hay decenas de proyectos viables en todo el mundo. De hecho, una empresa de Bill Gates ya inició la construcción del suyo.
Argentina tiene un desarrollo pionero, el famoso CAREM, nacido en 1984 y con antecedentes en el proyecto de construcción de un submarino nuclear en los 70. Cuando el Gobierno hizo el anuncio, todas las miradas apuntaron allí, ya que el prototipo del CAREM está en construcción desde 2014. Pero rápidamente, la Comisión Nacional de Energía Atómica lo descartó. El proyecto que mira el Gobierno es un diseño que el INVAP patentó en diciembre en Estados Unidos, donde se obtendría el financiamiento para su desarrollo y eventual construcción.
La minería de uranio en Argentina comenzó en 1951 y finalizó en 1997. Desde entonces ha habido distintas iniciativas para desarrollar nuevos proyectos que aprovechen los recursos mineros, con reservas probadas en Salta, Mendoza, Chubut, La Rioja, San Luis, Córdoba y Río Negro. La última noticia relevante en este aspecto fue la adquisición por parte de la Corporación América del proyecto Ivana en Río Negro, con una inversión de US$ 160 millones.
El atractivo de la Argentina para la instalación de centros de datos de Inteligencia Artificial está en la Patagonia. En palabras de Reidel: “extensiones vastas de tierra, sin terremotos, sin tsunamis, clima fríos, accesos al agua e ilimitado a energía”. En ese último punto ingresa el plan nuclear.
Google, Microsoft y Amazon acaban de anunciar acuerdos para abastecer con energía atómica a sus centros de datos. ¿Argentina podría ingresar en ese esquema? Pronto lo sabremos.
Si te interesa saber más cobre este tema, podes contactarnos a comercial@alpesenergy.com o llamarnos al +54 9 11 3126-0140 y dar el primer paso hacia un futuro más limpio y eficiente.