Hasta el año 2000, dos países lideraban cómodos la producción global de autos: Estados Unidos y Japón. En apenas una década, China sobrepasó ampliamente a ambos, y actualmente, la superioridad es elocuente. Con más de 30 millones de vehículos producidos en 2023, el gigante asiático produjo más vehículos que sus cuatro seguidores juntos: Estados Unidos (10M), Japón (9M), India (6M) y Corea del Sur (4M).
Todas las automotrices tradicionales producen autos en China, pero lo más llamativo de este proceso es el crecimiento de las marcas locales, y especialmente, la hegemonía que han logrado en el segmento de los vehículos eléctricos. China hoy es el principal mercado de vehículos eléctricos del mundo. Se calcula que allí hoy circulan casi 22 millones de estos autos entre BEVs (Vehículos Eléctricos a Batería) y PHEVs (Híbridos Enchufables), más de la mitad de los que existen en el mundo. Además, es el principal productor de baterías, lo cual le da una ventaja comparativa crucial.
Las luces se las lleva BYD (Build Your Dreams / “Construye tus sueños”), una compañía nacida en 1995 que se dedicaba a la producción de baterías de níquel. En 2003 comenzó a producir autos y en la década de 2010 aprovechó como pocas la ola de subsidios que el Estado Chino comenzó a entregar a vehículos de nuevas tecnologías.
En 2023, Tesla y BYD reafirmaron su liderazgo en el mercado de vehículos eléctricos, con niveles de producción destacados. Tesla produjo aproximadamente 1.8 millones de vehículos eléctricos, quedando por debajo de su objetivo de 2 millones. Por su parte, BYD alcanzó una producción de alrededor de 1.9 millones de unidades, incluso superando a Tesla en ventas globales en algunos trimestres. A pesar de estas diferencias, ambas compañías siguen siendo referentes clave en la transición hacia la movilidad eléctrica y continúan dominando el mercado global.
CNBC calcula que en 2024 se venderán 10 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo y ambas compañías apuntan a alrededor de un 20% cada una de ese mercado.
Más allá de estos números, la compañía fundada por Elon Musk ya ha marcado un antes y un después en la historia automotriz. De hecho, algunos analistas comparan la disrupción del “teslismo” con el fordismo y el toyotismo.
El futuro de BYD y el resto de las automotrices chinas que están copando las autopistas globales (SGMW, Geely, Changan, Li, Great Wall y otras) estará marcado por el futuro de la guerra comercial. Estados Unidos y Europa decidieron aumentar los aranceles a los vehículos chinos y está por verse cómo impactará esto en sus planes de crecimiento.
En ese sentido cobra relevancia América Latina, una plaza muy importante sobre todo por el peso de Brasil, que se ha convertido en el principal mercado al que apunta BYD fuera de China. En mayo, la automotriz desembarcó 5.000 vehículos de su propio buque en Porto Suape, en Pernambuco, y sus planes son realmente ambiciosos. El año pasado, la compañía compró la fábrica de Ford en Camaçari, donde se producían modelos icónicos como el Ka y la EcoSport. Allí comenzará a producir vehículos eléctricos e híbridos que más temprano que tarde llegarán también a la Argentina.
La industria automotriz vive tiempos muy interesantes y eso tiene también impacto en la energía.
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