Este año, Argentina importó 30 buques de GNL por casi 672 millones de dólares que arribaron a la terminal de regasificación de Escobar. En 2024, no se descargaron buques a la terminal de Bahía Blanca, que recibió GNL todos los inviernos desde 2008, excepto por 2018. Se cerraron 5 licitaciones (el último buque amarrará a fines de septiembre) a las que se agregó la compra puntual de un buque de Petrobras para suplir la merma de fluido durante los intensos fríos del mes de mayo.
En la comparación interanual, Argentina redujo las importaciones en más de 1.000 millones de dólares con precios notablemente más bajos: en 2023, el precio promedio de las licitaciones fue de 15,2 USD/mmBTU y en 2024, de 9,2. La comparación respecto de 2022 es aún más significativa dado el impacto en los precios que provocó en aquel momento la guerra en Ucrania: 29,2 USD/mm BTU fue el promedio de las 5 licitaciones.
En volumen, los embarques significaron una reducción de casi el 40% (1.696 MMm3 vs. 2.796 MMm3), lo cual muestra el impacto de la puesta en marcha del GPNK. Mirando hacia 2025, los analistas coinciden en que las importaciones de GNL estarán en volúmenes similares a los de este año.
Las licitaciones de los buques de GNL para abastecer a la demanda local están a cargo de ENARSA (Energía Argentina S.A.), la compañía de propiedad estatal que hasta este año además gestionó las importaciones de gas desde Bolivia.
A medida que avanzamos hacia 2025, será clave seguir monitoreando los costos y volúmenes, en línea con la evolución de la infraestructura energética del país. ¿Cómo crees que estas tendencias impactarán el futuro del sector?
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